John Dewey
(Burlington, Vermont, 20 de octubre de 1859-Nueva York, 1 de junio de 1952) fue un filósofo, pedagogo y psicólogo estadounidense.
En palabras del
catedrático de Historia Robert B.
Westbrook, Dewey fue «el filósofo
estadounidense más importante de la primera mitad del siglo XX»,1 y fue, junto con Charles
Sanders Peirce y William James, uno de los fundadores de la filosofía del pragmatismo. Asimismo, durante la primera mitad del siglo XX fue la figura más
representativa de la pedagogía
progresista en Estados Unidos.
Aunque se le conoce más por sus escritos sobre educación, Dewey también
escribió influyentes tratados sobre arte, lógica, ética y democracia, en donde su postura se basaba en que sólo se podría alcanzar la plena
democracia a través de la educación y la sociedad civil. En este sentido, abogaba por una opinión pública plenamente informada
mediante la comunicación efectiva entre ciudadanos, expertos y políticos, con
estos últimos siendo plenamente responsables ante la ciudadanía por las políticas adoptadas.
La influencia de
Dewey sigue siendo discutida hoy día respecto a los fallos del sistema escolar
estadounidense: por un lado, es criticado por los conservadores
fundamentalistas, y por otra parte es considerado el «precursor inspirador de
los reformadores partidarios de una enseñanza “centrada en el niño”».
Biografía
En 1881 se trasladó a Baltimore y se matriculó en la Universidad
Johns Hopkins. Le influyó especialmente el ambiente hegeliano de la
universidad. La huella de Hegel se refleja en tres rasgos que le
influyeron poderosamente: el gusto por la esquematización lógica, el interés
por las cuestiones sociales y psicológicas, y la atribución de una raíz común
a lo objetivo y a lo subjetivo, al hombre y a la naturaleza. En
1884 obtuvo el doctorado por una tesis sobre Kant. También fue influenciado por ideas
evolucionistas derivadas de Darwin.
Se casó con una antigua alumna llamada Alice Chipman,
la cual contribuyó más que nadie a interesar a Dewey en los temas educativos y colaboró estrechamente con él. En
1894 se trasladó a la Universidad
de Chicago,2 en donde fraguó su definitivo
interés por la educación. En 1900 asume la enseñanza del curso de Pedagogía en
la Universidad
de Nueva York, que estrenaba su Escuela de Pedagogía; el año 1904
renunció a su puesto como profesor. Su último destino como docente sería la Universidad
de Columbia.3 Con 87 años se casó por segunda vez
y adoptó a dos niños.
Fue un hombre de acción, que aspiraba a la unificación
de pensamiento y acción, de teoría y práctica. Defendió la igualdad de
la mujer, incluyendo el derecho al voto. Fue cofundador, en 1929, de la Liga
para una acción política independiente, fomentó el sindicalismo docente, alentó la ayuda a los
intelectuales exiliados de los regímenes totalitarios. Dewey tuvo una gran influencia en
el desarrollo del progresismo pedagógico, desempeñando un papel protagonista
que abarca desde finales del XIX hasta la Primera
Guerra Mundial. Fue el pedagogo más original, renombrado e
influyente de los Estados Unidos y uno de los educadores más perspicaces y
geniales de la época contemporánea, influyendo en el curso de tres
generaciones. El padre de la psicología progresista murió el 1 de junio de 1952 con 92
años de edad.4
Contexto histórico, filosófico y
pedagógico de la Pedagogía Progresista
Desde el punto de vista socio histórico hay que tener
en cuenta el peculiar momento que vivieron los Estados Unidos. Cabe destacar:
- Movilidad de las fronteras estadounidenses y la colonización de nuevos territorios.
- Ductilidad y permeabilidad de la organización social.
- Estratificación social flexible.
- Relativización de los principios y prácticas de la herencia histórica.
- Forma de vida democrática.
En definitiva, un clima social abierto. En el ámbito
filosófico, hemos de situar a Dewey dentro del pragmatismo.
Propuestas teóricas Desde el punto de vista epistemológico, Dewey considera que los conceptos
en los que se formularon las creencias son construcciones humanas
provisionales. Dewey critica el enfoque clásico sobre el conocimiento.
Dewey mantiene una concepción enteramente dinámica de
la persona. Lo que él propone es la reconstrucción de las prácticas morales y
sociales, y también de las creencias.
Mantiene una posición crítica respecto a la sociedad
industrial, y una distancia enorme respecto del marxismo. La educación
progresiva debemos contraponerla a la concepción educativa tradicional. Dewey
rechaza un conjunto de doctrinas pedagógicas de variado signo:
- la educación como preparación.
- la educación como desenvolvimiento.
- la educación como adiestramiento de la facultad.
- la educación como formación.
La escuela, para Dewey, se concibe como reconstrucción
del orden social, el educador es un guía y orientador de los alumnos.
Aportes metodológicos
Pretendía formular sobre nuevas bases una propuesta
pedagógica en oposición a la escuela tradicional y antigua. Pensaba que la
nueva educación tenía que superar a la tradición no sólo en los fundamentos del
discurso, sino también en la propia práctica. Sin embargo, no existe un método
Dewey para ser aplicado. Cuando él habla del método, lo hace desde lo
abstracto, piensa que no existen métodos "cerrados y envasados".
Dewey estima que la praxis educativa implica un manejo inteligente de los
asuntos, y esto supone una apertura a la deliberación del educador en relación
con su concreta situación educativa y con las consecuencias que se pueden
derivar de los diferentes cursos de acción.
Dewey distingue entre un método general y otro
individual. El primero supone una acción inteligente dirigida por fines, en
cambio, el método individual se refiere a la actuación singular de educador y
educando.
1. Consideración de alguna experiencia
actual y real del niño.
2. Identificación de algún problema o
dificultad suscitados a partir de esa experiencia.
3. Inspección de datos disponibles, así
como búsqueda de soluciones viables.
4. Formulación de la hipótesis de
solución.
5. Comprobación de la hipótesis por la
acción.
Dewey mostró un sentido práctico para planificar y
desarrollar un currículum integrado de las ocupaciones
(actividades funciones ligadas al medio del niño), incluyendo previsiones de
desarrollo del programa en ciclos temporales cortos.
"Una inspección cuidadosa de los métodos que han
sido permanentemente exitosos en la educación formal revelará que su eficiencia
depende del hecho que ellos vuelven a la situación que causa la reflexión fuera
del colegio en la vida ordinaria. Le dan a los alumnos algo que hacer, no algo
que aprender; y si el hacer es de tal naturaleza que demanda el pensar o la
toma de conciencia de las conexiones; el aprendizaje es un resultado natural.”